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Trastorno Bipolar


Este trastorno tiene dos denominaciones actualmente en uso: trastorno bipolar y enfermedad maníaco depresiva. El término más comúnmente usado hoy en día es el de Trastorno Bipolar, siendo a su vez el que produce menos estigma.
La característica principal es la presentación de severos cambios del ánimo, que van desde la depresión, con ánimo excesivamente bajo, a la manía cuyo ánimo es excesivamente elevado. Estas variaciones no son comparables a los cambios normales del ánimo que experimenta la mayoría de las personas.

El Trastorno Bipolar Puede ser muy destructivo causando rupturas en las relaciones, pérdida del trabajo y dificultades financieras entre otros problemas. Sin embargo puede ser tratado de manera que quienes lo padecen logren llevar una vida productiva relativamente normal manteniendo sus lazos sociales, familiares y la plena integración comunitaria.

Clasificación

Problema Clínico

El Trastorno Bipolar se presenta con fases de excitación o estado de ánimo elevado (manía o hipomanía), o bien con fases de depresión. Las mismas pueden alternarse o superponerse denominándose esta última “episodio mixto”. De esta forma el DSM-IV define dos tipos fundamentales:

Trastorno Bipolar Tipo I: el que presenta al menos un Episodio Maníaco
Trastorno Bipolar Tipo II: el que presenta Episodios Depresivos con Episodios Hipomaníacos asociados

Un episodio maníaco está caracterizado por los siguientes signos y síntomas:

Presencia de un período diferenciado de un estado de ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable, que dura al menos una semana (o cualquier duración si es necesaria una hospitalización).

Durante el período de alteración del estado de ánimo han persistido 3 (o más) de los siguientes síntomas (4 si el estado de ánimo es sólo irritable), y ha habido en un grado significativo:

• Autoestima exagerada o grandiosidad (por ej. la persona siente que "todo lo puede").
• Disminución de la necesidad de dormir (por ej. la persona se siente descansada tras sólo 3 horas de sueño).
• Más hablador de lo habitual o verborrágico.
• Fuga de ideas ("se olvida de lo que estaba hablando") o experiencia subjetiva que el pensamiento está acelerado.
• Distractibilidad (por ej. la atención se desvía demasiado fácilmente hacia estímulos externos banales o irrelevantes: “paraprosexia”).
• Aumento de la actividad intencionada (ya sea socialmente, en el trabajo, estudios o sexualmente) o agitación psicomotora.
• Implicación excesiva en actividades placenteras que tienen un alto potencial para producir consecuencias graves (por ej. compras irrefrenables, indiscreciones sexuales o inversiones económicas alocadas).
La alteración del estado de ánimo es suficientemente grave como para provocar deterioro laboral o de las actividades sociales habituales o de las relaciones con los demás, o como para necesitar hospitalización con el fin de prevenir daños a sí mismo o a terceros, o hay conjuntamente síntomas psicóticos.

Un episodio Hipomaníaco está caracterizado por signos y síntomas similares a los de la Manía con menor grado de severidad y duración del episodio. Siendo en la Hipomanía más leves y no lo suficientemente graves como para provocar un deterioro laboral o social importante o como para necesitar hospitalización, ni hay síntomas psicóticos acompañantes.

Un Episodio Depresivo Mayor está caracterizado por al menos 5 de los siguientes signos y síntomas:
• Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi todos los días según lo indica el sujeto (por ej. se siente triste o vacío) o la observación realizada por otros (por ej. llanto).
• Disminución importante del interés o de la capacidad para el placer (disfrutar la vida) en todas o casi todas las actividades
• Pérdida importante de peso (sin haber hecho régimen) o aumento significativo de peso (por ej. un cambio de más del 5% del peso corporal en un mes), o disminución o aumento del apetito casi cada día.
• Insomnio o hipersomnia (sueño durante el día).
• Agitación o enlentecimiento psicomotores.
• Fatiga o pérdida de la energía.
• Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (no simplemente los autorreproches o culpabilidad por el hecho de estar enfermo).
• Disminución de la autoestima y de la confianza en si mismo.
• Disminución de la capacidad para pensar, tomar decisiones o concentrarse.
• Visión pesimista, poco promisoria o "negra" del futuro.
• Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse.
Estos síntomas persisten por lo menos dos semanas y producen un malestar muy significativo que altera la vida familiar, social, laboral y de otras áreas importantes de la actividad de la persona.


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